El Ayuntamiento destinará 400.000 euros para ayudar a acondicionar los locales que quieran programar conciertos.
El del Heliogàbal no es el único caso, pero sí el más llamativo: un bar con una programación de música en vivo estable y reconocimiento institucional -en 2013 recibió un Premio Ciutat de Barcelona- que, sin embargo, no tienen licencia para acoger conciertos. Cada vez que suben la persiana para acoger un concierto -y el Heliogàbal no lo hace desde ya unos meses, temeroso tras una oleada de sanciones que podrían llegar a los 100.000 euros- está cometiendo una alegalidad. Y como el Heliogàbal, más de una treintena de locales y bares que programan música en vivo sin una licencia específica para ello.
Es por eso que el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido mover ficha y, tras décadas de protestas de los afectados ante unas normativas que consideran demasiado rígidas, ha anunciado este lunes que todos los locales con licencia de bar, restaurante y cafetería podrán acoger conciertos de música amplificada a partir de la primavera. «En Barcelona hemos hecho bandera de festivales como el Sónar o el Primavera Sound, pero no hemos cuidado el tejido musical de base», ha señalado el teniente de alcalde Jaume Asens, para quien la medida implica apartar el debate «de lo estrictamente policial y de orden público para poner en valor el aspecto cultural» de la música en vivo.
Este cambio de legislación, que el consistorio prevé que empiece a aplicarse a partir de finales de este mismo mes, implica una reinterpretación de la ordenanza de civismo y el cumplimiento de una serie de requisitos. Así, todo local que quiera programar música en vivo tendrá que cumplir con los requisitos de seguridad exigidos y con unos criterios de insonorización y aislamiento acústico: no se pueden superar los 30 decibelios entre las 7 de la mañana y las once de la noche y los 25 a partir de las once cuando el local esté situado junto o bajo el dormitorio de una vivienda. Si el local no tiene vecinos, el límite será de 45 decibelios antes de las once y 40 después.
A la espera de adaptar a la normativa otros casos concretos que aún quedan fuera asociaciones culturales o galerías de arte, el Ayuntamiento también quiere hacer compatible esta apuesta por la cultura y la música en vivo con el descanso de los vecinos creando un mapa de «zonas de especial saturación» en los distritos de Gràcia, Eixample, Ciutat Vella y Sants-Montjuïc. En estas zonas especialmente sensibles se permitirá la música en directo a los nuevos locales hasta las once de la noche.
Asimismo, Barcelona pondrá en marcha una mesa de mediación con la participación de representantes de Cultura, Urbanismo y Ecología Urbana así como con participación de los Distritos, la Guardia Urbana, entidades y asociaciones musicales y representantes vecinales para hacer un seguimiento y velar por el buen funcionamiento de las medidas implantadas.
Fuente: ABC